NORIAS DE AGUA (11ª PARTE)
NORIAS DE NUESTRO ENTORNO MÁS CERCANO (IX)
Continuamos nuestro recorrido por las norias de nuestro entorno. Seguimos el curso del río, dejamos las Huertas del Remolino y nos detenemos en la Isla del Cura.
Isla del Cura: Término de Badolatosa, margen izquierdo, ésta yace en el fondo del río, no habiendo rastro de ella, ni de sus muros. Por testimonio de Manuel Cuevas Ramírez, de apodo “Pilina”, cuando se volcó la noria, se sumergió para amarrarle unas sogas con la intención de levantarla. Los animales de tiro lo intentaron, pero fue imposible. La noria, junto con su muro de conducción del agua, estaba ubicada enfrente del cortijo. A partir de aquí el agua se distribuía para regar las dos zonas de huertos. En estos huertos vivieron unas seis familias de unos veinticinco habitantes. Uno de ellos fue Rafael Pérez García, de Badolatosa, al que le decían el “Pingo”. Este hombre vivía con sus padres y estaba soltero. En realidad este apodo le venía de su novia, a la que llamaban la “Pinga”. Estas familias se marcharon antes que las que vivían en Los Huertos del Remolino.
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(Foto Adrián Ruiz: Vista general Isla del Cura desde el alto del Ombrión) |
Debido a la construcción de la Presa de Cordobilla, en el año 1953, y ante una posible inundación había que dejar los huertos. Éstos estaban en las mismas condiciones que los Huertos del Remolino, por ser del mismo dueño, la familia de la Casa Grande, los Santaella. Por lo que tampoco recibieron compensación de ningún tipo. En este lugar había muchos perros y al jugar entre ellos, parecía que estaban bailando, es por lo que hay gente que también conoce el lugar con el nombre de Baila Perritos.
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